Leí hace mucho tiempo el libro La eternidad por fin comienza un lunes, del escritor cubano Eliseo Alberto, y siempre que pienso en la felicidad me propulso mentalmente a aquella lectura. Al final, todos pensamos que ese momento, esa situación, esa actitud feliz nos va ha cambiar la vida... nos llegará por fin, el lunes, lo que equivale a mañana y ahora, que hemos finalizado 2009, equivale a que la felicidad tal vez nos visite en 2010.
Seguramente no existe nada más etéreo, más subjetivo, menos tangible y menos duradero que la felicidad. Sabemos que es algo siempre incompleto. Sabemos que buscarla a todo trance es capaz de tornarnos en seres incompletos. Sabemos, es más, que un día lo somos y al siguiente, menos. Sin ir más lejos, yo, que me considero una persona feliz, abandono la felicidad para acunarme en su ausencia, en un abrir y cerrar los ojos. Sabemos de lo efimero de su existencia.
Pienso en la felicidad y lo único que me visita es el recuerdo de una canción, Pequeñas cosas, que me pone la carne de gallina, porque finalmente, la felicidad es eso, pequeñas cosas, que nos dejó un tiempo de rosas. La felicidad no es algo grande. Creo. Lo sabemos bien, son pequeños amores (o grandes), pequeños gestos (y grandes, el arco iris(cada vez que lo veo me convierto en una niña chica, creo que me proporciona suerte), las sonrisas y sobre todo ver felices a los seres queridos.
Así que...tengo solamente un deseo: que os traiga el nuevo año toda la felicidad del mundo!!! Pokito a poko para poder asimilarla.
¡¡¡Feliz año nuevo !!!
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