domingo, 29 de mayo de 2011

Tranquila, mañana será peor...


Y así fue...Ayer y hoy y lo más probable lo será mañana también. Si el otro día hubo soledad, anoche hubo el triple de soledad....
Me quedé en casa todo el día, con la cortina bajada y esperando una llamada. Una llmada que llegó tarde en la noche. Una llamada que me hizo incluso más triste. Uno se preguntaría ¨porqué¨...y la respuesta sería : ¨Porque me di cuenta lo poco que me hace falta para quedarme feliz, la poca autoestima que tengo hacía mi misma...lo poco que me quiero a mi misma....
No puedo cambiar nada de esto, lo quiero a él más que a mi misma....así que la única solución que me queda es mi cachimba y mi boetella de vino.....

jueves, 26 de mayo de 2011

SOLEDAD


....y nada más. Ni palabras, ni amor, ni vida, ni odio.....ni NADA
Sólo soledad.....

martes, 24 de mayo de 2011

Verdad


Nada es más difícil de definir que el significado de la palabra Verdad. Si acudimos a la Real Academia Española de la Lengua descubrimos un significado, cuanto menos interesante, de esta palabra. Verdad es, según la RAE, la conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Vamos, que las cosas son lo que son y nada más que eso. Dicho así todo parece muy sencillo ¿no cree? Pero, su concepto, su valor, su conveniencia e incluso su existencia o no, ha dado para infinidad de páginas y reflexiones desde que el mundo es mundo. Filósofos, pensadores, políticos, fanáticos, religiosos, escritores, padres, jefes, hijos, humanos en general, todos hemos ansiado poseerla en algún momento de nuestra vida. Y creyendo haberla poseído, nos hemos dado cuenta de que no viene sola. Algunas veces la verdad es incómoda, otras está oculta, en ocasiones la verdad ofende y hasta hay verdades que cuestan un precio. Para otros la verdad nos hará libres para cuando nos llegue la hora de la verdad y hasta hay quien habla de una verdad absoluta. Sea como fuere creo, como dijo Francis Bacon, que “la verdad es hija del tiempo y no de la autoridad”, que los niños y los locos siempre dicen la verdad, que mi verdad es la buena y la tuya sólo lo será si coincide con la mía, que tan sólo es un punto de vista, que decirla a medias es como mentir dos veces y que las verdades como puños a veces hacen más daño que los puños sin verdades. Ya saben, señoras y señores, “en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según del cristal con que se mira” (R.Campoamor)

lunes, 23 de mayo de 2011

Lo que alguna mujer necesita para ser feliz.


- No sentirse como un código de barras cada vez que estás ligando.
- No comer pensando en la operación bikini.
- Un espejo que te quiera.
- Hacer un pacto de por vida con las hormonas.
- Una colección de orgasmos.
- Una colección de sueños.
- Soñar con el hombre perfecto y no despertarse.
- Despertarse de la pesadilla de dormir al lado del que te ha tocado en suerte.
- Tener poder.
- Tener poder y que los hombres lo sepan.
- No tener jefe.
- No tener vergüenza.
- No tener pelos en la lengua.
- No tener que depilarse.
- Una buena tarjeta de crédito.
- Un buen fondo de armario.
- Un armario que no tenga fondo.
- Una cama para dormir sola.
- Un animal de compañía y no la compañía de un animal.
- Reírse.
- Llorar con las pelis de amor.
- Un viaje al compromiso.
- Ida y vuelta a la autoestima.
- Un pequeño que te llame “mami”.
- Un mayor que no te lo recuerde.
- Un bolso donde perderse.
- Un carné de identidad falso.
- Un pasaporte a la libertad.
- Una vida propia.

¿Felicidad?


La felicidad no existe en sí misma, es etérea.

No se atrapa y no se queda, siempre se evapora.

La felicidad consiste en su búsqueda.

Nunca es absoluta ni universal.

Nunca permanece, siempre se transforma.

A veces es un deseo y otras un recuerdo.

Pocas veces es una realidad.

La felicidad es un viaje con paradas en la decepción.

Es complicada como un puzzle de mil piezas.

La felicidad es dulce cuando no es amarga.

Es gratis cuando no se paga.

Y cara cuando tiene un precio.

Muy caro.....

No soy lo que parezco


Un pulso que gana el frío. Un partido sin árbitro. Una rendición climática.

Simplemente es dependencia pero parece amor. ¿Me quieres porque me necesitas pero no necesitas quererme? Una dosis. Una posesión. Un chute emocional.

Es rutina pero parece sexo. Comer sin hambre. Beber sin sentir sed. Un bocado sin sabor. Un trago amargo.

Es difícil pero parece fácil. Un día y otro y otro más. Muchos años. Un tiempo relativo. Un presente con pasado. Un presente sin futuro.

Es evidente pero en realidad parece invisible. Un grito en el silencio. Una herida sin sangre. Una ventana abierta con barrotes.

Es un problema compartido pero parece sólo mío. Un yo sin ti no soy nada. Un quiero ser yo misma. Un déficit de comunicación en la cuenta de gananciales.

Estoy sometida pero parezco libre. Una mordaza invisible. Un laberinto imposible. Un grito mudo. Un cerrojo sin llave.

Es una mentira pero parece una verdad. Un disfraz. Carnaval en mayo. Una pose. Cirugía estética. Maquillaje.

Estoy hundida pero parece que floto. Un día cojo aire y otro me ahogo. Gas letal. Dióxido de carbono. Un mar contaminado.

Un verano sin calor. Un corazón helado. ¿Quién soy?

A veces sí, a veces no.


En un intento por encontrarme, me busco en el hueco de mí misma y me doy cuenta de que a veces soy como un árbol, fuerte, rígido y con la corteza áspera, bien sujeto al suelo, pero susceptible de que me parta un rayo. Sin embargo, otras veces soy más bien como un junco, capaz de doblarme sin romperme, por muy fuerte que sople el viento, esa soy yo.

No es que sea dos en una, es que a veces soy hasta tres o cuatro, según me mire desde dentro o desde fuera, según si luce el sol o está nublado. Por eso, a veces me siento como el negativo de una fotografía, viendo claro lo que está oscuro u oscuro lo que está claro y otras veces, soy más bien un puñado de píxeles de una imagen digital, coloridos pero turbios, a los que es mejor mirar con cierta distancia y en conjunto, para que tengan sentido.

Cuando me gusto, cuando me siento feliz conmigo misma, soy más bien como la nata montada, espumosa y dulce, compatible con la acidez de las fresas, con el dulce chocolate y hasta con el amargo café sin embargo, los días que no me encuentro, que lucho conmigo misma, soy más bien como la leche desnatada sin lactosa, un fluido blanco que no engorda, ni da alergia, pero que tampoco produce placer.

Y siendo así, aprendo a vivir con mi ying y con mi yang, jugando a ser a veces el peón de la partida y otras veces la reina y disfruto de ser el silencio de la música por cuando soy la directora de la orquesta. Exploro mi lado masculino, que no duda en seducir a la mujer fatal que llevo dentro y me dejo querer por mí misma y por la intrusa que a veces me habita. Porque a veces soy como una central nuclear en el punto de fusión de su núcleo, todo un peligro, mientras que otras veces soy más bien como un molino de viento, ecológica e inofensiva, aunque algunos me confundan con un temeroso gigante.

Tal vez nunca llegue a ser capaz de unir con éxito todas las piezas del puzzle de mí misma, pero no me importa, de hacerlo se habría acabado el juego y con él la diversión. Sería entonces una imagen plana, sin fondo. Prefiero seguir buscando las piezas que encajen en cada momento, con la tranquilidad que me da el saber que las esquinas ya las tengo colocadas. Para completar el interior, invito a la vida a jugar conmigo, a veces, pensando con el corazón y sintiendo con las tripas y otras veces perdiendo la cabeza en algún rincón del sentido común.

El grito del dolor


Un día me levanté creyendo haber tenido una genial idea. Pensé que si corría muy rápido, mucho más de lo que corren los dolores, conseguiría dejar atrás a mi inquilina, Sra. Lágrima. Así que, respiré hondo, y eché a correr con todas mis fuerzas. Cuando me faltaba el aire y mis músculos ya no me respondían, paré para recuperarme. Fue entonces cuando me di cuenta de que tanto esfuerzo había sido inútil porque, no sólo el dolor continuaba allí, sino que, además, había llamado a la soledad y a la solidaridad.
Eso ya fue el colmo. Seguro que aquello era contagioso y me lo había pegado alguien de esos que piensan en los demás, últimamente había demasiados, así que decidí ir al médico. El diagnóstico del doctor fue tajante, el dolor no tiene cura. Si me visita, nunca se marcha así que el tratamiento pasaba por aprender a convivir con el, algo, por otra parte, tremendamente sencillo porque sólo hay que saber escucharle...... O al menos es lo que dicen.....

jueves, 19 de mayo de 2011

Reencuentro


Te he visto...

Te he visto ayer de nuevo, como casi todos los días....

Me prometí no ser débil y demostrarte que intento no necesitarte más....¿O es que a lo mejor todavía te necesito...? (creo que más bien te necesito todavía y te necesitaré el resto de mi vida...)
Sí..te he visto...y me vestí con mi mejor sonrisa, mi mejor ropa y y me disfracé de felicidad....y no dejé de mirarte ni un segundo...
Sí..te vi...y fui fuerte (o al menos lo intenté)...y luego tu volvíste a tu casa.. (ya no existe ¨nuestra casa). Tu te fuiste y yo me quedé en el sofá,... y me despojé de tanta falsedad para llorar .........y me pregunté sin encontrar la respuesta: "voy a quererte así toda mi vida?"...

¿Bailemos un tanguito, mi vida?


¨- ¿Qué estás haciendo? le digo
- Estoy pensando que tengo muchas ganas de abrazarte...
- ¿Bailemos un tanguito, mi vida? ¨

Hoy me compré una flor. Roja. Como el sofá de mi salón. Y ahí, sentada en mi sofá rojo como la flor, leí ¨Amarse con los ojos abiertos¨. Fue entonces cuando descubrí el texto de arriba... Me gustó.
Me hizo asociar la relación de una pareja con un baile de tango. Un abrazo.
El abrazo, el tango y las relaciones intimas significan diálogo. Contigo misma, con él, con la música. Leí mucho y...no llegué a ninguna conclusión. La misma ideea que mi sofá es demasiado grande y de nuevo demasiado vacío me mataban por dentro. Así que decidí ponerme mi jaqueta negra, cogí el boslo, mi libro y salí.
Me fuí a mi tetería favorita. Necesitaba estar sola, con mis pensamientos y mirar a la gente. Cuando estoy feliz no me gusta escribir, me gusta vivir los sentimientos, cada instante, cada despertar. Pero los momentos como estos no los quiero vivir, los quiero escribir.
Me pedí un café y me quedé pensando en ...creo que en casi todo. En la gente que pasaba tan de prisa, en los turistas con sus mapas llenos de caminos por conocer, en los niños comiendose sus helados. El café estaba frío, granizado...como debe de ser en los días calurosos. Pero hoy no hizo calor, hoy llovió. Aún así...yo quería imaginarme que era un día estupendo de verano.
Mirar a la gente paseando me tranquiliza. Me identifico con la vida de cada uno de ellos, me olvido de la mía y no sufro más.

Mañana iré de nuevo a la misma tetería, con el mismo libro y me voy a pedir el mismo café granizado.

Pequeños placeres de la vida.....¿o serán sólo un refugio?



En fin...¿qué más da?

Mejor bailemos un tango.....

Cuento para pensar




Había una vez un campesino gordo y feo
que se había enamorado (¿cómo no?)
de una princesa hermosa y rubia...
Un día, la princesa - vaya usted a saber por qué-
dio un beso al feo y gordo campesino...
y, mágicamente, éste se transformó
en un esbelto y apuesto príncipe.
(Por lo menos, así lo veía ella...)
(Por lo menos, así se sentía él...)

QUIERO (una propuesta / mi propuesta sobre las relaciones interpersonales)


Quiero que me oigas sin juzgarme,
Quiero que opines sin aconsejarme,
Quiero que confíes en mí sin exigirme,
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mi,
Quiero que me cuides sin anularme,
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí,
Quiero que me abraces sin asfixiarme,
Quiero que me animes sin empujarme,
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí,
Quiero que me protejas sin mentiras,
Quiero que te acerques sin invadirme,
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten...
Que las aceptas y no pretendas cambiarlas,
Quiero que sepas...que hoy puedes contar conmigo...
Sin condiciones.